La designación de “Amigos Meditativos” surgió en mi vocabulario como resultado de una experiencia de vida en meditación.

El Amigo Meditativo es aquel “ser” que se dedica a descubrir “quién es”, llevando consigo su personalidad, sus costumbres, su educación, su edad, su sexo, su estado civil, su profesión, su estatus social, sus historias de vida, sus éxitos y fracasos, su enojos y alegrías, su raza, su nacionalidad, sus angustias y ansiedades, su enfermedad, sus miedos y valentías, sus padres, sus otros amigos, hijos, cónyuges, hermanos, familia al fin, etc.

El Amigo Meditativo medita desde el lugar que elige para hacerlo, observando “quién es” más allá de todo lo que conoce Ser, Hacer o Tener. El Amigo Meditativo conoce a otros Amigos Meditativos que los une no por lo que conocen ser quienes son, sino por el propósito de saber “Quiénes son” más allá de lo creen ser.

Por eso, los Amigos Meditativos no se unen para juzgar si su otro Amigo Meditativo es una buena o mala persona, si es casado o soltero, si es enojoso o divertido, si es argentino o boliviano, si es universitario o sin primario, si es parecido o no a mí, si es rico o pobre, si me gusta o no me gusta, si es simpático o antipático, solidario o egoísta, etc.

El Amigo Meditativo solo está conectado con su ser y con el ser de quien se le une circunstancialmente en lugar, tiempo y modo para recorrer un trayecto del camino. No son lazos condicionados por los vínculos sociales, familiares, culturales o sencillamente de convivencia. Son Amigos Meditativos que necesitan estar consigo mismos para descubrir su individualidad y espejarse en aquellos que se le unen intencionados en el mismo lugar.

El Amigo Meditativo no se juzga ni juzga sus novelas de vida, porque en el día a día de su estado de meditación intuye que necesita trascenderlas, ir más allá de todo eso para descubrir “quien es”. Observa y acepta, se relaciona y suelta, da y no espera, ama y no duele, inspira y exhala conectándose con su Dios, ríe y llora sin diferencias, y así un Amigo Meditativo siembra espacios amplios para que toda su personalidad quepa sin molestias e incomodidades, y espeja en su afuera otros seres llenos de las suyas para darles la bienvenida en profunda meditación.

Si sentís que podés ser un Amigo Meditativo, en el Centro de Meditación Kansha estamos creando consciencia a paritr de tu participación para que compartas nuestro espacio para meditar. Si querés formar parte de tu evolución espiritual y ser mi Amigo Meditativo, solo declaralo como Comentario al pie de esta nota y pondremos juntos toda la energía necesaria para que se manifieste a la brevedad.

Bendiciones.

Atmaram